viernes, 9 de abril de 2010

Un recorrido por su infancia y juventud



Idolatrado u odiado, el hijo del español canario Luis Betancourt y de la criolla Virginia Bello, que vino al mundo un 22 de febrero de 1908, el año en que el gobierno de Venezuela pasó de las manos de Cipriano Castro a las de Juan Vicente Gómez (es decir, de una dictadura a otra), llegó a ser un individuo fuera de lo común. La condición de hombre que fue Romulo Betancourt, la llegó a resumir Mariano Picón Salas en este sencillo refrán criollo: Era de los que las coge al vuelo o las para en el aire.

Romulo Antonio Betancourt Bello nació en Guatire, en la casa número 3 de la calle Bolívar. En este pueblo rural, piadosamente bautizado con el nombre de "Santa Cruz del Valle de Pacairigua y Guatire" ya que por los años del 1700 se asienta alrededor de una capellanía de haciendas de campo, vivió Romulo hasta la edad de 11 años, cuando en 1919, junto a sus padres, sus hermanas y su tio Luis Bello, se traslada a Caracas.

Su ciudad natal y Pacairigua siempre estuvieron presentes en la memoria de Romulo Betancourt, aunque nunca regresó a vivir allí. Cuando fue presidente de la República le construyó obras públicas de importancia, como el grupo escolar "Elias Calixto Pompa", así como su principal iglesia. Con motivo de la conmemoración de sus 50 años de vida pública, donó los terrenos del patio de la casa donde vivió su infancia, que antes le habían sido cedidos por AD, a la Biblioteca Nacional con el mandato de que allí se construyera una biblioteca pública en honor de sus padres. Pacairigua fue el nombre escogido para su última casa de habitación en Caracas, hoy en día sede de la Fundación Rómulo Betancourt que guarda su archivo y su biblioteca personal.

Su amor a Guatire es indisoluble de su amor familiar. Fue el pueblo donde nació su madre, Doña Virginia Bello Milano de Betancourt, sus hermanas Maria Teresa "Tetete" la mayor de la familia, y Helena, la menor. Y el que acogió a su abuela y a su padre, los canarios Maria de Betancourt y Luis Betancourt García. Su familia tuvo influencia fundamental en el perfil humano del biografiado, y no menos en su vocación de periodista, escritor y político.

Pero fue ya en Caracas, cuando Betancourt emprendió su vuelo intelectual y político. De a poco se fue formando una verdadera conciencia de la situación venezolana, al contacto con sus amigos y compañeros de estudios, así como de lecturas periodísticas y de buenos libros políticos de autores nacionales e internacionales. Su preocupación por el drama nacional, se incrementó al iniciar sus estudios de secundaria en septiembre de 1920, en el liceo Caracas, el único plantel en aquél tiempo, dirigido en ese entonces por quien sin duda llagaría a ser una de las más significativas expresiones intelectuales del siglo XX venezolano, el escritor Romulo Gallegos.

En sus años como bachiller y universitario, entre 1920 a 1928, Betancourt le entró de lleno, ávido y voraz, a la lectura y la escritura. Se aventuró con varios cuentos y, aún sin terminar el bachillerato, el maestro Gallegos lo escogió para reemplazarlo en la cátedra de Literatura cuando éste tuvo que viajar a España. A ratos presumía que su destino sería el de novelista. Su primera producción literaria fue el cuento "Erase un poeta", publicado en la revista Kronos de Caracas, en 1924. No fue, sin embargo, la literatura su fuerte; sus escritos no impresionaban, eran barrocos.

Primer Exilio



Betancourt se mantuvo dos meses bajo la clandestinidad, el 6 de junio decide escapar hacia la isla de Curazao. Dedica mucho de su tiempo al estudio de la historia latinoamericana, de las fuentes del pensamiento socialista y al conocimiento de las obras relacionadas con la penetración imperialista en los países latinoamericanos. Allí también decide formalizar su militancia en el Partido Revolucionario Democrático (PRD), una organización marxista de izquierda radical. Luego de 4 meses se separa del partido, después de haber sido criticado de comunista.
En 1929 visita Colombia, Costa Rica, Panamá, República Dominicana y Trinidad en busca de formar una coalición conspirativa de invasiones armadas con los viejos militares en el exilio para derrocar la dictadura de Gómez, así como buscar financiamiento económico en dichos países.
En República Dominicana se unió a un grupo de caudillos exiliados que pretendían viajar a la isla de La Blanquilla, con el fin de sumarse a la expedición que a bordo del crucero Falke liderado por Román Delgado, busca desembarcar en Cumaná. El propósito era invadir el país y derrocar a Gómez. Pero Betancourt embarca en una embarcación de nombre La Gisela, que zozobró antes de alcanzar la meta, salvando quizás, a sus tripulantes, del destino que corrieron los que lograron llegar a Venezuela: la cárcel o la muerte. Tras el fracaso del movimiento insurreccional, viaja a Costa Rica, donde conoce a la que será su futura esposa, Carmen Valverde.
En 1930 participa en la creación de la Alianza Unionista de la Gran Colombia. Viaja a Perú y Bolivia donde fortalece vínculos con el Partido Aprista.
En 1931 funda en Barranquilla la Alianza Revolucionaria de Izquierdas (ARDI), partido que el mismo Betancourt describió como izquierdista y socialista. En ese momento también confronta a los grupos marxistas-leninistas formados por los desterrados venezolanos en México y La Habana, al sostener que:
La revolución contra el gomecismo no puede basarse en la obra exclusiva de la clase obrera, sino a una alianza de clases.
Betancourt había decidido quedarse en Costa Rica hasta su regreso a Venezuela, y así fue, pues tenía una gran simpatía con el gobierno liberal costarricense. Sin embargo, en 1933 el gobierno de Costa Rica emite una orden de expulsión de Betancourt del país, siendo fichado de comunista. Betancourt no acató la orden y vivió en la clandestinidad en ese país por el resto de su estadía.
En 1934 contrae nupcias con Carmen Valverde, de cuya unión nacerá una hija: Virginia Betancourt Valverde, su único descendiente. El 17 de diciembre de 1935 Gómez muere en la presidencia, Betancourt regresa al país el 5 de enero de 1936.

Segundo Exilio

En Chile Betancourt vivió su segundo exilio, que duró menos de un año y medio. Allí gobernaba un presidente simpatizante del biografiado, el dePedro Aguirre. En el país austral intensifica su producción de artículos de análisis y publicaciones acerca de la situación venezolana, también comienza en sus escritos un período de reflexión por la situación americana y mundial, ante la constante expansión del fascismo de Adolf Hitler, de la cual Betancourt sostuvo la tesis de la unión latinoamericana e interamericana de fuerzas, en caso de alguna amenaza de invasión nazi en el continente americano.
Aún en el extranjero, Betancourt siguió constituyendo las directrices que seguían los representantes del partido pedenista en Venezuela. Fueron varias las cartas enviadas por él al presidente López, en las que apelaba a la decisión de no legalizar el partido, así como ratificando su condición de demócrata de izquierda moderada, no comunista. En una carta a López Contreras, le dice enfáticamente:
“Señor Presidente: le escribo solicitando de su gobierno la visación de mi pasaporte, para regresar legalmente a Venezuela lo más pronto que me sea posible. No creo ni siquiera necesario insistir en cuál es mi posición ideológica. Usted la conoce desde hace tiempo, y sabe que nada, absolutamente nada, me liga a la Internacional Comunista, ni al llamado Partido Comunista de Venezuela. Tengo una confesa y definida posición democrática, que no colida con el espíritu ni con la letra de nuestra Carta Constitucional”.
Rómulo Betancourt




Nunca faltó el momento en el que no dejara de promocionar la doctrina de izquierda democrática integracionista del PDN. En diciembre de ese año pronuncia su discurso de visión de unión latinoamericana en el Teatro Capoulicán de Santiago de Chile. Seguido de esto dictaría varias conferencias en la Universidad de Chile y otras cumbres de partidos socialistas. Allí también establece vínculos con dirigentes del Partido Socialista Chileno, entre quienes figuraban Salvador Allende y Arturo Alessandri. De esta manera Betancourt logró fijarse como una personalidad prestigiosa y respetada dentro de la izquierda latinoamericana.
Tras abandonar ese país en enero de 1941, los socialistas chilenos le rinden un homenaje de despedida. Pero antes de regresar a su patria, permanece un mes entre Argentina y Uruguay, a fin de dictar unas conferencias en la Universidad de la Plata y la Universidad de Concepción, también recibe homenajes en ambos países.

Ascensión al Gobierno



Rómulo Betancourt había participado en pleno en la conspiración contra el gobierno medinista, y posteriormente como líder del movimiento, que se dio tras el pacto clandestino de una parte del alto mando del Ejército personalizado principalmente bajo las figuras de los mayores Marcos Pérez Jiménez, Carlos Delgado Chalbaud y Mario Vargas con la dirigencia de Acción Democrática.
Finalmente el 18 de octubre el complot se llevó a hechos, tras la negativa de Medina Angarita de otorgar la legalización del sufragio libre y el lanzamiento de la candidatura de Biaggini. Los militares y civiles involucrados en el movimiento hicieron estallar un golpe de estado que fue imposible detener.
El 19 de octubre a las 8 pm se procedió a firmar el acta del nuevo gobierno, sería a través de una Junta Revolucionaria de Gobierno como se restituiría el hilo constitucional y a su vez como se propiciarían los cambios considerados necesarios por la junta. Ese día se constituyó en el Palacio de Miraflores la junta cívico-militar, que cumpliría las funciones del Poder Ejecutivo de la Nación y estaría presidida por Rómulo Betancourt, e integrada por los civiles: Luis Beltrán Prieto, Raúl Leoni y Gonzalo Barrios y por los militares: Mayor Carlos Delgado Chalbaud, y Capitán Mario Vargas.

Junta Revolucionaria (1er Gobierno)



Los principales objetivos del nuevo gobierno eran proclamar diversos decretos ley de emergencia, entre los cuales se pueden nombrar: la instauración de una Asamblea Constituyente mediante previa consulta electoral que dotara a la República de una nueva Carta Constitucional; la otorgación del derecho al voto libre, directo, universal y secreto a todos los ciudadanos venezolanos -hombres y mujeres-, mayores de 18 años para la elección del Presidente y miembros del Congreso; el combate a la corrupción administrativa; el abaratamiento del costo de la vida; el cambio de la política petrolífera con el aumento de impuestos a las compañías extranjeras; las reformas agraria y educacional; el ejercicio pleno de la libertad de expresión y pensamiento; la libertad de función plena a los partidos políticos y sindicatos organizados; la abolición del reclutamiento forzoso para el servicio militar y el rompimiento de relaciones con gobiernos no-democráticos.
Pese a todo el clima de apertura democrática, no faltaron las revueltas golpistas y conspiraciones militares que lograron ser sofocadas efectivamente por el gobierno. Algunos de ellos inclusive perpetrados por oficiales del gobierno y por civiles como Jóvito Villalba, ex-compañero del PDN y amigo de la juventud de Betancourt. Otros financiados por gobiernos foráneos con los cuales la Revolución había roto relaciones, tal es el caso, de los intentos de magnicidio a Betancourt ordenados por los dictadores Rafael Leonidas Trujillo de República Dominicana y Anastacio Somoza García de Nicaragua. Igualmente las protestas civiles calentaron la calle con medidas consideradas más tarde por Romulo Gallegos como de evidente sectarismo e intolerancia política, tal es el caso del decreto educacional 321 que consideraba sistemas de evaluación distintos para planteles públicos y privados. El mismo Betancourt reconoció años después:
“Estuvimos al borde del colapso y de caer desbarrancada en el abismo con motivo del decreto 321”.
Sin embargo, la labor del gobierno era apoyada mayoritariamente por la población, eso refleja la fuerza adquirida por Acción Democrática como el partido de mayor militancia del país y el más votado. En diciembre de 1947 los venezolanos acuden por primera vez a las urnas electorales a elegir el presidente de su nación, Rómulo Gallegos de AD es electo.

Tercer Exilio



Las dificultades económicas que vivía el país y las características sectarias de Acción Democrática, se unieron al descontento de las Fuerzas Armadas Nacionales, que alegaban una intromisión de este partido en la institución armada. Las exigencias que los militares hicieron a Gallegos fueron ignoradas por el Presidente, por lo que estos decidieron levantarse en armas el 24 de noviembre de 1948.

Marcos Pérez Jiménez, aquel que fue el jefe militar en la conspiración del 18 de octubre y que había quedado por fuera de la Junta Revolucionaria, ahora estaba al frente de la Junta Militar de Gobierno, integrada también por Llovera Páez y Delgado Chalbaud.

Una de las primeras acciones de la nueva dirigencia fue la expulsión de los principales líderes de AD. Rómulo Betancourt partió así a su tercer exilio. Éste durará nueve años y lo llevará por Estados Unidos, Cuba, Costa Rico y Puerto Rico. Allí retomará las actividades que emprendió en sus anteriores expatriaciones: la escritura y la organización partidista.

Su escritura periodística volvió al tono de la denuncia, para contarle al mundo la situación de Venezuela y criticar el gobierno de facto instaurado en el país. “Frente a todos los hechos y sucesos del decenio dictatorial, Rómulo Betancourt respondió; no hubo episodio nacional que dejara de comentar y debatir” (Romero, 2005, p.105).

En estos años también se publicó su obra más importante: Venezuela política y petróleo, la misma que viene escribiendo desde 1936 y en la que plasma su pensamiento en los aspectos político y económico, y en especial sobre la cuestión petrolera. En este libro Betancourt hizo un recuento histórico, acompañado de análisis sobre las distintas gestiones de gobierno en las materias mencionadas; haciendo énfasis en su experiencia en el poder durante el trienio. También, en 1952, publica su libro Venezuela bajo el régimen del terror, conocido como Libro negro de la dictadura.

Su característica de articulador de relaciones se manifestó en este período. El exiliado estableció y mantuvo contacto epistolar con importantes líderes políticos del continente; “quienes pasaron a ser amigos y apoyaron, política y financieramente, a Betancourt y a AD en su lucha antidicatatorial” (Romero, 2005, p. 100). También buscaba la colaboración de organismos internacionales contra el gobierno perezjimenista, así fue que visitó el Departamento de Estado de EE.UU, la Organización de Estados Americanos y la Organización Mundial del Trabajo.

Como lo hizo desde Chile en su primer exilio, Betancourt, ahora de 41 años, utilizó este destierro como un tiempo para organizar la resistencia a la dictadura tanto interna como externamente. Se mantuvo en contacto con el CEN clandestino del partido, al que le da instrucciones acerca de los acuerdos y alianzas con los otros partidos venezolanos. Ya había aprendido la lección del trienio y no quería repetir los mismos errores, buscó esta vez una postura más abierta y flexible para crear un frente unido más fuerte ante la dictadura. Así fue que se AD se unió a la denominada “Junta Patriótica”, conformada por el PCV y URD; también tiene acercamientos con COPEI en esta etapa. Externamente, organiza la resistencia entre los exiliados, que cada vez son más puesto que el régimen perezjimenista fue cerrándose cada vez más y eliminando la disidencia, ya fuese con la expulsión del país o con la muerte.

Segundo Gobierno



El 25 de enero de 1959 Betancourt sostiene una reunión en su condición de Presidente electo con Fidel Castro, quién venía al país a propósito de la celebración del 23 de enero, día en que cayó la dictadura perezjimenista. Castro se entrevistó con Betancourt, pero no hubo ningún tipo de empatía de parte del presidente venezolano con el insurgente cubano.
El 13 de febrero de ese año fue proclamado Presidente Constitucional de la República, para el período 1959-1964.


Aspectos políticos
Betancourt tuvo que enfrentar uno de los períodos de gobierno más difíciles en la historia contemporánea nacional, por tener que efectuar la definitiva transición de la república hacia la democracia.
Haciendo cumplimiento del acuerdo del Pacto de Punto Fijo, Betancourt conformó su gabinete de gobierno con representantes de su partido, Acción Democrática, y de los movimientos políticos: socialcristiano COPEI y Unión Republicana Democrática (URD). Así fueron designados 2 ministerios para AD, 2 para COPEI y 3 para URD. Este último se retiraría del pacto en 1960, quedando suscrito el pacto entre AD, COPEI e independientes.
El gabinete de gobierno betancourista se destacó por estar integrado de diversos intelectuales y connotados profesionales de la vida pública nacional, como: Juan Pablo Pérez Alfonso, Mariano Picón Salas, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Ramón J. Velásquez, Raúl Leoni, Enrique Tejera Paris, Rafael Caldera, Carlos Andrés Pérez, Octavio Lepage, Luis Piñerúa Ordaz, Leopoldo Sucre, entre otros.
Durante su mandato Betancourt tendría que lidiar las escisiones dentro de su partido que dieron origen al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), al Partido Revolucionario Nacional (PRN) y al Grupo ARS (AD-Oposición), dichas divisiones conllevaron a que AD perdiera la mayoría en la Cámara de Diputados para el nuevo período legislativo.
En este período también se ilegalizó al Partido Comunista (PCV) por vincularse en una lucha armamentista contra su gobierno.
El 23 de enero de 1961 promulga la nueva Constitución, similar a la aprobada en su primer gobierno, la cual había sido depuesta por Pérez Jiménez. Dicha carta constitucional regiría los destinos de la nación hasta 1999.

Aspectos Económicos (2do Gobierno)



La gestión en economía estaba centrada en la independencia económica del país y el estimuló al desarrollo industrial.
En 1960 el Ministro de Minas e Hidrocarburos, Juan Pablo Pérez Alfonso, crea la Corporación Venezolana de Petróleo (CVP) y suscribe el acta de creación de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), con el cual se establece una alianza estratégica en materia petrolera junto a países exportadores del crudo, como: Kuwait, Arabia, Saudita, Iraq e Irán. Ese mismo año el Presidente Betancourt decreta la creación de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG).
El 4 de mayo de 1961 se publican una serie de medidas económicas en las que caben destacar el control de cambios, la disminución en 10% de sueldos y salarios públicos a fin de reducir el gasto y déficit presupuestario y la devaluación del bolivar.
Durante este segundo período de gobierno betancourista se restituyen los derechos laborales de los trabajadores y empleados venezolanos, entre ellos, el acceso a la vivienda y el aumento general de sueldos.
Según el Banco Central de Venezuela al final de este gobierno, se habían superado las marcas de los años precedentes en cuanto a cifras positivas de recuperación económica, la tasa de crecimiento económico fluctuaba entre el 4 y 5%.

Obras Públicas



Durante la segunda gestión de Betancourt se invirtió una gran cantidad del dinero de la nación en la construcción de nuevas escuelas y liceos públicos, se construyeron entonces más de 3.000 escuelas y 200 liceos en todo el país. La matrícula escolar pasó de 847 mil alumnos en 1958, a 1.6 millones en 1963, más del 90% de la población estudiantil total asistía a las aulas de clase. La matricula sostuvo un incremento de casi el 100% en apenas 5 años de gobierno.
Se inauguraron obras como el Puente General Rafael Urdaneta sobre el Lago de Maracaibo conocido como el Puente sobre el lago, dicha obra ya había sido comenzada bajo el gobierno de Marcos Pérez Jiménez, pero no había sido concluida. También fue inaugurado el Distribuidor El Pulpo en la ciudad de Caracas, así como otra varias obras de infraestructura vial en todo el país.
Se comenzó la construcción de la Represa del Guri y del primer puente colgante sobre el río Orinoco, el Puente de Angostura.
Se terminó la construcción del Parque del Este en Caracas en el año1961, el cual se convirtió en el parque urbano más grande de la capital. Se creó el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC).
Betancourt recorrió los más de 4.563 kilómetros de vialidad construidos o asfaltados durante su gobierno y fortaleció la apertura de la inmigración hacia Venezuela.

Intentonas Golpista



Su período gubernamental estuvo signado por múltiples obstáculos, una difícil situación económica, conflictos políticos nacionales e internacionales y continuos intentos golpistas entre los que destacaron el Carupanazo, el Porteñazo y el Barcelonazo. Betancourt no sólo tuvo que enfrentar los ataques de quienes se le oponían en el país, sino de aquellos que desde miles de kilómetros querían sacarlo del poder. Así, el dictador de República Dominicana, Rafael Leonidas Trujillo, y posteriormente el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, se encargaron de financiar movimientos que intentaron derrocar al gobierno.




El Carupanazo fue un alzamiento militar que se dio el 4 de mayo de 1962 en la ciudad de Carúpano, a cargo del Batallón de Infantería de Marina dirigidos por el Capitán Jesús Teodoro Molina Villegas, el Mayor Pedro Vegas Castejón y el Teniente Héctor Fleming Mendoza.
A menos de un mes del primer intento de golpe de estado, se volvió a dar otra rebelión militar que fue bautizada como El Porteñazo. El 2 de junio de 1962, se produce la sublevación en la base naval de Puerto Cabello, comandado por los capitanes: Manuel Ponte Rodríguez, Pedro Medina Silva y Víctor Hugo Morales.
Sin haber culminado la rendición de los alzados en Puerto Cabello, se realiza simultáneamente en Barcelona otro estallido militar, denominado como El Barcelonazo. Este movimiento es liderado por el Mayor Luis Alberto Vivas y los capitanes Rubén Massó, José Gabriel Marín y Tesalio Murillo.

Intento de Asesinato



Durante su mandato Betancourt fue víctima de un intento de magnicidio, recordemos que durante su tercer exilio también se habían llevado a cabo varios intentos para asesinarlo.
Un grupo de miembros de la extrema derecha venezolana financiados directamente por el dictador dominicano Rafael Trujillo, junto con un escaso grupo de militares venezolanos estuvieron involucrados en un fallido intento de asesinar al presidente venezolano en funciones.
El 24 de junio de 1960 durante la celebración del aniversario de la Batalla de Carabobo se produce un brutal atentado terrorista contra la vida de Rómulo Betancourt en Caracas. Aproximadamente a las 9:30 de la mañana una bomba en un auto estacionado estalló al pasar uno de los vehículos de escolta presidencial cercano al vehículo oficial, el cual se dirigía hacia el Paseo los Ilustres. El atentado deja sin vida al jefe de la Casa Militar Coronel Ramón Armas Pérez, produce quemaduras severas y deformación del rostro del Presidente Betancourt y destroza el vehículo presidencial.
Al día siguiente del atentado, Betancourt en un mensaje a la nación desde el Palacio de Miraflores, con las manos vendadas, desangrándose los labios, padeciendo quemaduras corporales, dolor y martilleo en los oídos dijo:
“Quiero decirle al pueblo de Venezuela que debe tener confianza plena en la estabilidad de su gobierno y en la decisión del presidente que él eligió para cumplir su mandato, como he venido diciendo y hoy reitero, hasta el 19 de abril de 1964. Nunca he ignorado los riesgos que comporta empeñarse en darle una orientación democrática seria al país (...) No me cabe la menor duda de que en el atentado de ayer tiene metida su mano ensangrentada la dictadura dominicana. Pero esa dictadura vive su hora pre agónica, son los postreros coletazos de un animal prehistórico incompatible con el siglo XX.”
El hecho terrorista fue denunciado ante la OEA, para condenar al gobierno de Trujillo por violación a los derechos humanos dentro de su nación y por financiar ataques terroristas a un jefe de estado.
Casualmente días antes del atentado Betancourt afirmó:
“Si he robado algún dinero del erario nacional, entonces que se me quemen las manos.”

Últomos años



El 1 de diciembre de 1963 se llevaron a cabo nuevos comicios presidenciales, en los cuales resultó vencedor Raúl Leoni de Acción Democrática. El 11 de marzo de 1964 Betancourt entregó su banda presidencial a su amigo de toda la vida, el Dr. Leoni. En dicho acto Betancourt dijo:
“Se podrá decir que he cometido muchos errores y desaciertos en mi gestión de Presidente, porque la infalibilidad y la aptitud para acertar siempre no son virtudes que se hayan dado nunca en un ser humano. Pero Venezuela reconocerá, estoy seguro de ello, porque tengo dominio de mis convicciones, como durante los años en que cumplí mi mandato... actué con empeño creador, con fe si se quiere fanatizada, por la gloria de Venezuela y la felicidad de su pueblo.”
Decidió retirarse en pleno de la vida política de su país luego de entregar el cargo. Vivió varios meses en Nueva York, Londres y Nápoles, para luego residenciarse en la ciudad Suiza de Berna. Dedicó esos años a la actividad intelectual, a la producción de nuevas publicaciones de su autoría y a escribir sus memorias. Sin embargo, estuvo siempre al tanto de la situación venezolana. En 1967 regresó al país debido a las escisiones en AD y ante la falta de unanimidad en el partido por la escogencia del candidato que participaría en las próximas elecciones a llevarse a cabo en 1968. Esas elecciones las perdió AD, resultando ganador por escaso margen de votos Rafael Caldera de COPEI. Al saber Betancourt la derrota de su partido dijo en tono sarcástico "We will come back" (Regresarémos), haciendo referencia a que AD regresaría al gobierno pronto.
Durante estos años también se le rindieron homenajes y agasajos en Estados Unidos. Se le confirió el reconocimiento de Doctor Honoris Causa por la Universidad de Harvard, Universidad de california y Universidad de Rutgers.
En 1968 contrajo matrimonio con su segunda esposa, Renée Hartman. En 1972 regresó a Venezuela, Betancourt negó de toda manera aspirar nuevamente por la primera magistratura. En 1973 fue electo Carlos Andrés Pérez de AD como presidente de la República, con el cual Rómulo manifestaría descontento por los escándalos que sometieron a su gobierno y los vínculos de CAP con Fidel Castro.
En 1973 obtiene su escaño como Senador vitalicio de la República y apoya más tarde algunas medidas tomadas por Pérez, como la nacionalización del petróleo. El 13 de septiembre de 1976 Acción Democrática lo elige Presidente vitalicio del partido.
En 1978 recibe el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Interamericana de Puerto Rico. Ese año AD vuelve a perder la presidencia, resultando electo Luis Herrera Campins de COPEI.
Sus últimos años los pasó entre Caracas y Nueva York. Casualmente había salido hacia NY tras una invitación del Presidente Herrera Campins para asistir a un partido de beisbol en el Yankee Stadium donde se mostró muy alegre y con vivacidad como le era característico. Unos días después, el 24 de septiembre de 1981 sufre un derrame cerebral y el 28 del mismo mes murió a las 4:17 de la tarde en el Doctor´s Hospital de Nueva York, a los 73 años de edad.
Sus restos fueron trasladados a Venezuela. Velado en la Casa de Acción Democrática en El Paraíso en Caracas, se le rindieron todos los honores. Su funeral fue una de las mayores manifestaciones de duelo público en la historia venezolana, ya que su féretro fue cargado en hombros de simpatizantes desde el Centro de Caracas hasta el Cementerio del Este en La Guairita, ubicado a unos 10 km de distancia.

Obras Literarias

La obra literaria de Rómulo Gallegos está muy ligada a su compromiso político que arranca del planteamiento de la regeneración nacional. Sus novelas, dentro de la corriente regionalista, se inspiran en la tierra americana y trata de unir y resolver el conflicto que él ve entre una naturaleza exuberante y salvaje y la necesidad de hacer de ella una civilización moderna. En su primera novela Reinaldo Solar (1920) plantea las dificultades del protagonista por armonizar su vida pública y privada; La trepadora (1925) se centra en el tema de la conquista del poder; en Doña Bárbara (1929) -su primera obra de éxito y considerada en su momento como la mejor novela sudamericana- cuenta el conflicto entre Doña Bárbara, que significa el aspecto salvaje de la naturaleza, y Santos Luzardo, que es la ley, el orden, el futuro, la modernidad. La síntesis surgirá con Marisela, la hija de doña Bárbara que educa Santos Luzardo. Gallegos sigue una técnica tradicional, con diálogos directos, estructura lineal, capítulos iniciados por epígrafes, etc. En su prosa está patente la influencia del modernismo. Otras novelas importantes son Canaima (1935), Pobre negro (1937), o el libro de cuentos publicado en 1946 La rebelión.