viernes, 9 de abril de 2010

Tercer Exilio



Las dificultades económicas que vivía el país y las características sectarias de Acción Democrática, se unieron al descontento de las Fuerzas Armadas Nacionales, que alegaban una intromisión de este partido en la institución armada. Las exigencias que los militares hicieron a Gallegos fueron ignoradas por el Presidente, por lo que estos decidieron levantarse en armas el 24 de noviembre de 1948.

Marcos Pérez Jiménez, aquel que fue el jefe militar en la conspiración del 18 de octubre y que había quedado por fuera de la Junta Revolucionaria, ahora estaba al frente de la Junta Militar de Gobierno, integrada también por Llovera Páez y Delgado Chalbaud.

Una de las primeras acciones de la nueva dirigencia fue la expulsión de los principales líderes de AD. Rómulo Betancourt partió así a su tercer exilio. Éste durará nueve años y lo llevará por Estados Unidos, Cuba, Costa Rico y Puerto Rico. Allí retomará las actividades que emprendió en sus anteriores expatriaciones: la escritura y la organización partidista.

Su escritura periodística volvió al tono de la denuncia, para contarle al mundo la situación de Venezuela y criticar el gobierno de facto instaurado en el país. “Frente a todos los hechos y sucesos del decenio dictatorial, Rómulo Betancourt respondió; no hubo episodio nacional que dejara de comentar y debatir” (Romero, 2005, p.105).

En estos años también se publicó su obra más importante: Venezuela política y petróleo, la misma que viene escribiendo desde 1936 y en la que plasma su pensamiento en los aspectos político y económico, y en especial sobre la cuestión petrolera. En este libro Betancourt hizo un recuento histórico, acompañado de análisis sobre las distintas gestiones de gobierno en las materias mencionadas; haciendo énfasis en su experiencia en el poder durante el trienio. También, en 1952, publica su libro Venezuela bajo el régimen del terror, conocido como Libro negro de la dictadura.

Su característica de articulador de relaciones se manifestó en este período. El exiliado estableció y mantuvo contacto epistolar con importantes líderes políticos del continente; “quienes pasaron a ser amigos y apoyaron, política y financieramente, a Betancourt y a AD en su lucha antidicatatorial” (Romero, 2005, p. 100). También buscaba la colaboración de organismos internacionales contra el gobierno perezjimenista, así fue que visitó el Departamento de Estado de EE.UU, la Organización de Estados Americanos y la Organización Mundial del Trabajo.

Como lo hizo desde Chile en su primer exilio, Betancourt, ahora de 41 años, utilizó este destierro como un tiempo para organizar la resistencia a la dictadura tanto interna como externamente. Se mantuvo en contacto con el CEN clandestino del partido, al que le da instrucciones acerca de los acuerdos y alianzas con los otros partidos venezolanos. Ya había aprendido la lección del trienio y no quería repetir los mismos errores, buscó esta vez una postura más abierta y flexible para crear un frente unido más fuerte ante la dictadura. Así fue que se AD se unió a la denominada “Junta Patriótica”, conformada por el PCV y URD; también tiene acercamientos con COPEI en esta etapa. Externamente, organiza la resistencia entre los exiliados, que cada vez son más puesto que el régimen perezjimenista fue cerrándose cada vez más y eliminando la disidencia, ya fuese con la expulsión del país o con la muerte.

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